Hace diez años, un consorcio
multinacional transdisciplinario logró secuenciar el genoma humano en
su casi absoluta totalidad; un alcance tremendo, uno de los más asombrosos
logros de la ciencia moderna, cuyas implicaciones apenas vamos asimilando, desnudando
el andamiaje genético de nuestra especie, y que en las próximas décadas
permitirá desarrollar complejas terapias basadas en la manipulación de genes para
el tratamiento de diversas enfermedades.
Pero desde el 2009, un proyecto igual, y quizá incluso más ambicioso, pretende ahondar
aún más en la naturaleza humana, desentrañando algunos de los misterios más
profundos del cerebro humano. Es el llamado “Proyecto Conectoma Humano”, o Human Connectome Project,
y abarca dieciséis componentes del Instituto Nacional de Salud (NIH, National Institutes of Health) de los
Estados Unidos, divididos en dos grandes grupos: un grupo liderado por la
Universidad de Washington y la Universidad de Minnesota, y otro grupo liderado
por la Universidad de Harvard, la Universidad de California en Los Angeles y el
Massachusetts General Hospital. Según su website, el proyecto busca:
“[…] otorgar
una compilación sin paralelo de datos neuronales, una interfaz para navegar
estos datos y la oportunidad de alcanzar conclusiones nunca antes logradas
sobre el cerebro humano viviente”
imagen: Human Connectome Project |
En
un lapso de cinco años, los investigadores que integran el proyecto evaluarán a
1200 personas, incluyendo pares de gemelos y sus hermanos, por medio de
avanzadas técnicas no invasivas de imágenes cerebrales (resonancia
magnética funcional, en reposo y ejecutando varias actividades; magnetoencefalografía;
electroencefalografía;
resonancia magnética de
difusión); los resultados del estudio permitirán elaborar una especie de mapa
de las conexiones que se establecen entre las diferentes zonas del cerebro humano,
lo que otorgará una comprensión tremenda de la forma como funciona el cerebro en
personas sanas, dando pistas para entender fenómenos tan complejos como la
naturaleza biológica de la conciencia, a la vez que orientará hacia el origen
de las alteraciones asociadas a trastornos como el Alzheimer, la esquizofrenia
y el autismo, entre muchos otros.
Hay grandes
expectativas en torno al proyecto; sin duda alguna es de un enfoque y alcance amplios
y los datos que arroje habrán de ser analizados muy cuidadosamente. Pero
resulta esperanzador que la administración del propio Presidente Obama lo esté apoyando
enérgicamente. Eventualmente, en los
próximos meses veremos qué intrigantes resultados arrojan los estudios
relacionados, y tendremos una idea de cómo cambiarán nuestra forma de ver y
entender el sistema nervioso humano, en la salud y la enfermedad.
Ricardo Cárdenas
@kidentropia