El pasado nueve de junio murió el escritor escocés Iain Banks, prolífico en
varios géneros, principalmente la ciencia-ficción y la fantasía. El anuncio de
su muerte sorprendió no tanto por el evento en sí, que ya se esperaba (pocos
meses antes el propio escritor había
anunciado en público que padecía de cáncer y le quedaban pocos meses de
vida), sino por lo pronto. Deja como legado literario una obra rica y compleja,
siendo su gran creación intelectual la Cultura.
En efecto, la mayor parte del trabajo de Banks se centró
en una serie de novelas que, a pesar de desarrollar tramas independientes entre
sí, todas se desarrollaron en el ámbito de la Cultura , una civilización
grupal formada por varias especies humanoides:
“[…] de las cuales elementos habitantes
del espacio establecieron una federación laxa hace aproximadamente nueve mil
años. Las naves y hábitat que formaron la alianza original requerían del apoyo
mutuo de las varias especies para alcanzar y mantener su independencia de las
estructuras políticas del poder a partir de las cuales habían evolucionado”.
Dentro de este universo literario, las varias especies
que forman la Cultura
han alcanzado un grado de desarrollo tecnológico tal que les ha permitido
obtener una gran maestría en el uso de diversas técnicas, manipulando fuentes
de energía enormes y recursos biológicos de distinta naturaleza. Algunas de las
proezas
técnicas que han alcanzado incluyen:
Antigravedad y campos de fuerza
Inteligencia artificial
Manipulación energética
Manipulación genética
Desplazamiento de la materia
Respaldos de conciencia/personalidad
Naves interestelares y motores warp
Nanotecnología
Este lienzo especulativo permite
plantear una serie de eventualidades a las cuales la humanidad podría
enfrentarse en un futuro, si logramos superar los obstáculos inherentes a
nuestra joven especie; algunos de estos planteamientos incluyen la interacción
inteligencia orgánica/inteligencia artificial, la naturaleza y el
comportamiento del poder político y el poder moral en el contexto de una
diversidad sociocultural extrema, e incluso cuestiones últimas como el
significado de la existencia:
“[…] Filosóficamente, la Cultura acepta, de manera
general, que preguntas tales como ´¿Cuál es el significado de la vida?´ carecen,
en sí mismas, de significado. La
pregunta implica –en efecto, una respuesta a tal pregunta exigiría- un marco
moral más allá del único marco moral al que podemos acceder sin recurrir a la superstición (abandonando
de esta forma el marco moral que informa –y que es simbiótico con- el lenguaje
en sí). En resumen, nosotros construimos nuestros propios significados, nos
guste o no.”
Las historias de la Cultura han sido
consideradas como parte de un género de la ciencia-ficción denominado el de la
“astropolítica”, a la que pertenecen obras clásicas como la serie de novelas Dune, de Frank Herbert. En io9, en
conmemoración de Banks, publicaron una lista de los
aportes literarios fundamentales del escritor; una semana después de su
muerte, The Guardian publicó una maravillosa
entrevista con el autor.
La obra de escritores como Banks resalta el inmenso poder
de la ciencia-ficción como campo de experimento intelectual respecto de nuestro
destino como sociedad tecnológica. No
extrañaría que, así como algunas de las ideas de Arthur C. Clarke
eventualmente se hicieron realidad, una
civilización como la Cultura
exista en un futuro no demasiado lejano. La ausencia del autor deja un enorme
vacío, pero seguramente sus ideas servirán de inspiración para otros
escritores, pensadores y científicos.
En
el video, Iain Banks habla sobre su vida y su obra:
Ricardo
Cárdenas
@kidentropia