La genial página io9 ha publicado lo que ellos
consideran los avances
científicos más importantes del año que culmina; la lista es intrigante y
heterogénea, abarcando fascinantes hallazgos en áreas como biomedicina, ingeniería
aeroespacial y física de partículas. Sin duda alguna, los dos logros más
resaltantes de la lista, por el enorme esfuerzo tecnológico invertido y por sus
implicaciones son, por un lado, el aterrizaje del MSL (Mars Science Laboratory, mejor conocido como Curiosity) en Marte,
y por otro, la confirmación casi irrefutable de la existencia del evasivo
bosón de Higgs, la partícula sub-atómica responsable de dotar de masa a la
materia.
un enorme adelanto de la NASA
en tecnología de
exploración espacial, con vistas a
un eventual y, esperemos,
no demasiado lejano plan de colonización y terraformación de planetas
dentro y fuera del sistema solar.
El hallazgo del bosón de Higgs por parte del CERN y su gran colisionador de
hadrones constituye un paso clave en la confirmación del modelo estándar en la física
de partículas (la igualmente llamada “teoría de casi todo”), que busca explicar
las diversas y complejas interacciones de las partículas fundamentales que
conforman la materia.
Algunos de los otros hallazgos de la
lista incluyen:
-. La creación de ADN artificial
-. La generación de un mamífero a partir de células
madre
-. La privatización de los vuelos espaciales
-. La reversión de los síntomas de autismo en un
modelo de la enfermedad en ratones
-. Un rayo tractor perfectamente funcional
-. Un impresionante trasplante de rostro
-. Un virus capaz de generar electricidad
Las posibilidades que estos hallazgos conllevan a futuro son numerosísimas; de inmediato, al menos, sirven de alimento para imaginar la vida del ser humano en un futuro muy, muy próximo.
Ricardo Cárdenas