Las personas
con trastorno de ansiedad y/o depresión, como parte de su cuadro clínico,
tienden a interpretar y procesar, de manera selectiva, la información que en su
entorno posea mayor carga amenazante; es decir, dirigen su atención hacia
estímulos negativos, o a las facetas potencialmente negativas de estímulos
fundamentalmente inocuos, y los interpretan como extremadamente alarmantes: son
los llamados sesgos de atención e interpretación, y forman parte de la familia
de sesgos cognitivos. Debido a la gran
cantidad de información a que están expuestos en el ambiente, y como
consecuencia de la interferencia persistente de estos esquemas de pensamiento
erróneo, los pacientes experimentan el mundo como un lugar permanentemente
angustiante.
A pesar de existir tratamiento
efectivo para el manejo de estos trastornos, incluyendo medicamentos como los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la
recaptación de serotonina-noradrenalina (la serotonina
y la noradrenalina son sustancias
neurotransmisoras que controlan los estados de ánimo en el sistema nervioso
central) y herramientas de tratamiento psicoterapéutico como la terapia
cognitivo-conductual, la adherencia y eficacia del mismo no siempre son satisfactorias.
Las razones incluyen diferencias biológicas que afectan la capacidad de
respuesta al tratamiento farmacológico y la multitud y complejidad de factores
que intervienen en la psicoterapia y que afectan su evolución.
En
años recientes ha surgido una novedosa técnica que promete ser una alternativa
beneficiosa para estos pacientes. Denominada modificación
del sesgo cognitivo o CBM por sus siglas en inglés (cognitive bias modification), esta técnica busca
corregir y modular, directamente, el sesgo de atención y el sesgo de
interpretación por medio de la práctica repetida de tareas cognitivas
especialmente diseñadas. Un aspecto fundamental de la técnica,
que la hace tan terapéuticamente útil y potencialmente aceptable de manera
extendida, es que muchas de las herramientas actualmente estudiadas se basan en
aplicaciones digitales online, relativamente sencillas de usar por parte del
paciente.
(Continúa en la parte II)
Ricardo Cárdenas
@kidentropia