¿Qué son las interfaces cerebro-computador? En su
mínima expresión, las interfaces cerebro-computador o BCI (por sus siglas en
inglés, brain-computer interface) consisten
en sistemas de comunicación de hardware y software que permiten controlar un
computador o dispositivo externo al cuerpo humano utilizando para ello
exclusivamente la actividad cerebral. El objetivo inmediato de la investigación
en BCI es otorgar habilidades expresivas y comunicativas a personas con
discapacidades extremas, que están totalmente paralizadas o “encerradas” a
causa de enfermedades como la esclerosis
lateral amiotrófica, parálisis
cerebral, enfermedad
cerebrovascular isquémica o lesión
de médula espinal, trastornos que le impiden al paciente desenvolverse y
comunicarse libremente.
Las BCI captan señales del cerebro, las analizan
y las traducen en comandos transmitidos a su vez a dispositivos de salida que
ejecutan las acciones deseadas. Para ello, sin embargo, no utilizan los nervios y los
músculos que normalmente utilizaría la persona para ejecutar sus movimientos,
cuyo funcionamiento normal se ha perdido total o parcialmente como consecuencia
de la enfermedad; en su lugar, utilizan medios y dispositivos electrónicos y mecánicos. Los estudios iniciales consistieron en pruebas
de deletreo basadas en electroencefalografía
y en el control de dispositivos de una sola neurona;
con el paso del tiempo, los investigadores han incluido el uso de señales más complejas
(colocando electrodos directamente en el cerebro) para manipular dispositivos como brazos robóticos, prótesis y sillas de
rueda.
Eventualmente, las BCI podrían incluso servir
para mejorar el desempeño de cirujanos y otros profesionales de la medicina. Esta
tecnología es objeto de mucha actividad en la actualidad, rápidamente en
crecimiento, e involucra a entusiastas científicos, ingenieros, médicos y al
público en general. Su mayor reto a futuro es demostrar que puede realmente
volverse confiable para permitirles a personas con distintos tipos y grados de
discapacidad desempeñarse segura y efectivamente, a largo plazo, en las actividades de la vida diaria a la que
debe enfrentarse cualquier ser humano. Por lo pronto, son fuente de esperanza
para miles de personas cuya interacción con el mundo se encuentra severamente
limitada. A continuación, un video que muestra uno de los más asombrosos usos potenciales
de las BCI, el control mental de un brazo robótico para ejecutar movimientos de
alcance y agarre, como parte de un proyecto de la colaboración BrainGate
Dos artículos de revisión excelentes tratan el
tema de manera extensa:
Ricardo
Cárdenas
@kidentropia