¡Hablemos sobre salud mental!


Asumimos el trajín de la vida diaria como un componente inevitable de la existencia; nos quejamos que el “estrés” es la causa de nuestros males, pero nos resignamos a vivir como sus esclavos. Vamos por la calle, manejando, o caminando, pensando en todas las cosas que nos preocupan, todas las cosas que tenemos por hacer, todo aquello a lo que debemos enfrentarnos en el futuro inmediato y que, indudablemente, seguramente, ¡inevitablemente!, representarán un problema (¡Sabemos que es así! ¡No hay de otra!). Como en el comercial del famoso snack, sentimos una vocecilla fastidiosa en la mente, una especie de presencia incómoda que nos recuerda todo el tiempo lo que está mal, lo que estará mal.  Y, a pesar de la incomodidad, a pesar del malestar continuo, realmente no hacemos mucho para mejorar: quizá por miedo, quizá por desconocimiento, quizá porque alguna parte de nuestra mente considera que, simplemente, la vida es así, y no hay mucho que pueda hacerse, en última instancia. Pero, ¿Es ello realmente cierto?
Hace unas semanas publicamos un artículo, en dos partes, sobre la modificación del sesgo cognitivo para pacientes con depresión y ansiedad. Pero, y como mencionamos en el artículo, dicha técnica no estará disponible al gran público sino hasta dentro de algún tiempo. Sin embargo, ello no debe ser freno para dedicarnos a cuidar nuestras emociones y nuestro cerebro. En efecto, es posible “relajar” la mente, limitar la influencia de nuestros pensamientos negativos, fomentar los aspectos positivos, beneficiosos de nuestra vida psicológica, con algunas actividades más inmediatamente accesibles; herramientas del día a día, a nuestro alcance, muchas de las cuales ya forman parte de nuestra vida y que, por una razón u otra, ignoramos o no las enfocamos con la óptica propicia. Incluimos a continuación tres páginas sumamente útiles, tremendamente interesantes, con una serie de métodos y datos que, si bien no resultan en “balas mágicas” para acabar de una vez y para siempre con el ajetreo del día a día y su efecto indeseable sobre nosotros, sí al menos nos permitirán manejarlo más sanamente:

1. Balancea tu vida: esta página, de la Asociación Canadiense de Salud Mental, abarca varios elementos, exponiéndolos de manera breve, concisa y sustancial:

  • Construir una auto-estima saludable
  • Dar y recibir
  • Crear relaciones familares y parentales positivas
  • Sembrar amistades valiosas
  • Determinar las prioridades vitales
  • Involucrarse con causas sociales, voluntariados, etc
  • Aprender técnicas de relajación (yoga, visualización positiva)
  • Enfrentar los cambios
  • Manejar las emociones
  • Desarrollar la espiritualidad personal (no es igual a adscribirse a una religión) Tiempo a solas con uno mismo, unos pocos minutos al día

2. Mejora tu salud emocional: Un extenso artículo en helpguide.org, explica aspectos diversos de la salud mental, e incorpora descripciones de técnicas y ejercicios para manejar el estrés y la ansiedad del día a día. Incluye una gran definición de salud mental:

“La salud mental, o emocional, se refiere al bienestar psicológico global. Incluye la forma como te sientes contigo mismo, la calidad de tus relaciones interpersonales y tu abilidad de manejar tus sentimientos y enfrentarte a las dificultades.”

Algunos de los puntos que exponen en detalle:
  • El papel de la resiliencia en la salud emocional y mental
  • La conexión entre la salud física y la salud emocional y mental
  • La importancia del autocuidado en la salud emocional y mental
  • La influencia de las relaciones significativas en la salud emocional
  • Factores de riesgo, conductas y sentimientos que deben llamar la atención y sugerir la necesidad de búsqueda profesional

3. ¿Seis posibles secretos que conducen a la felicidad?: finalmente, los siempre curiosos en io9.com recientemente han publicado un artículo sobre el tema, titulado “6 posibles secretos para obtener la felicidad, según la ciencia”; incluye los siguientes “trucos”:

  1. Rodéate de gente feliz
  2. Vuélvete experto en alguna habilidad
  3. El autocontrol es clave
  4. Sonríe, al menos una vez al día
  5. No temas buscar terapia cuando la necesites
  6. No busques la felicidad a la fuerza.

El último punto es el más llamativo; plantea que buscar forzosamente la felicidad, y establecerse metas demasiado elevadas (quizá incluso inalcanzables), conducirá a la decepción, en mayor o menor grado:

“Deja de perseguir el objetivo de ser feliz; sólo sé, y ya. Rodéate de gente no para sentirte feliz, sino para disfrutar de su compañía. Conviértete en maestro de alguna técnica, no para aumentar tu sensación de felicidad, sino para saborear el proceso de convertirte en experto”


Ustedes, queridos lectores, ¿Qué técnicas o sugerencias consideran útiles? ¿Qué otras páginas conocen sobre el tema? ¿Aplican ustedes alguna otra táctica para mantener el equilibrio, para conseguir, o al menos intentar, la paz mental? ¿Por qué, piensan ustedes, se nos hace tan difícil dedicarle algunos minutos al día al bienestar mental?¡Escríbannos!

Ricardo Cárdenas  
@kidentropia 

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