Una técnica novedosa y potencialmente útil en el manejo de la ansiedad y la depresión (parte I de II)


Las personas con trastorno de ansiedad y/o depresión, como parte de su cuadro clínico, tienden a interpretar y procesar, de manera selectiva, la información que en su entorno posea mayor carga amenazante; es decir, dirigen su atención hacia estímulos negativos, o a las facetas potencialmente negativas de estímulos fundamentalmente inocuos, y los interpretan como extremadamente alarmantes: son los llamados sesgos de atención e interpretación, y forman parte de la familia de sesgos cognitivos. Debido a la gran cantidad de información a que están expuestos en el ambiente, y como consecuencia de la interferencia persistente de estos esquemas de pensamiento erróneo, los pacientes experimentan el mundo como un lugar permanentemente angustiante. 
 A pesar de existir  tratamiento efectivo para el manejo de estos trastornos, incluyendo medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (la serotonina y la noradrenalina son sustancias neurotransmisoras que controlan los estados de ánimo en el sistema nervioso central) y herramientas de tratamiento psicoterapéutico como la terapia cognitivo-conductual, la adherencia y eficacia del mismo no siempre son satisfactorias. Las razones incluyen diferencias biológicas que afectan la capacidad de respuesta al tratamiento farmacológico y la multitud y complejidad de factores que intervienen en la psicoterapia y que afectan su evolución.
            En años recientes ha surgido una novedosa técnica que promete ser una alternativa beneficiosa para estos pacientes. Denominada modificación del sesgo cognitivo o CBM por sus siglas en inglés (cognitive bias modification), esta técnica busca corregir y modular, directamente, el sesgo de atención y el sesgo de interpretación por medio de la práctica repetida de tareas cognitivas especialmente diseñadas. Un aspecto fundamental de la técnica, que la hace tan terapéuticamente útil y potencialmente aceptable de manera extendida, es que muchas de las herramientas actualmente estudiadas se basan en aplicaciones digitales online, relativamente sencillas de usar por parte del paciente.
(Continúa en la parte II)
Ricardo Cárdenas
@kidentropia

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